REMOLINA
Descripción e historia
Que hablen las piedras abandonadas en el recodo del camino, que revivan la historia de Riu Molina, Fermollina…lugar que hoy conocemos con el nombre de Remolina. Si remontamos el río Ástura (río Esla), desde el antiguo Concejo de Alión hasta el paraje denominado “Las Conjas” (hoy ubicado el embalse “La Remolina”, más conocido como pantano de Riaño), nos encontramos a la derecha con un valle angosto, verde y arbolado donde el río y la pradería besan las milenarias calizas. Por ahí, por ese camino se llega a Remolina. Pedanía rodeada por imponentes calizas: La Muga, Los Janos, Peña Verde, Pico Loto (Hato)… destino ideal para los amantes del senderismo y la naturaleza. Para conocer mejor Remolina necesitamos abrir la aldaba de la memoria histórica. Camino arriba nos encontramos con la ermita de San Jorge (hoy casi desaparecida). Más arriba, y cerca del pueblo, nos consta la existencia del Monasterio de San Antolín de Riu Molina por la escritura otorgada por la reina Doña Urraca el 20 de enero de 1111. En este documento la reina dona el cenobio y todos sus bienes a la Iglesia de Santa María (Catedral de León), y declara que lo había recibido de su padre el rey Alfonso VI. Pocas son las fuentes que acreditan su existencia: un documento (Nº 1004), unas sepulturas encontradas, avanzada la segunda mitad del siglo pasado, en el lugar llamado “Las Linares” al profundizar con la reja del arado tierras de labrantío al lado del Camino Real (hoy carretera de acceso al pueblo) y algunos topónimos (Reguero del monasterio, llama de San Antolín, etc.). Remolina fue un pueblo de pastores trashumantes: zagales, roperos, compañeros, rabadanes…hasta un mayoral en las cabañas de la Condesa de Bornos. Estas personas (serranos les llamaban por aquellos predios) fueron porteadores de cultura y conocimientos allá por tierras extremeñas. Buenos fueron los oficios de los pastores que hasta la condesa vino un verano a Remolina a curar el “mal de amores”.
Remolina ofrece al visitante un amplio abanico de rutas y senderos que, sin duda, hacen más atractivo sus paisajes de robles y hayas. Las mezclas de colores otoñales de sus montes con la caliza forman un manto digno de ser visitado. La GR1 (Ampudia a Finisterre), ruta más visitada por los montañeros y ciclistas y que une Remolina con la collada de Tejerina, forma parte de una de las panorámicas más bonitas de todo el valle en el lugar denominado por los lugareños “La Piniella”. Bien señalado en el camino de Cabreros llegamos a la Cascada del Chaguazo. El paisaje es espléndido sobre todo “la cola de caballo”, que es muy visitada por montañeros y excursionistas en época de lluvias. Desde el pueblo salen rutas (caminos) para Parlle, collado Cueto y Bosoberón, la cueva de Boca la hoz, las Cruces… Y para los más osados aventureros, las ascensiones a los picos más altos: Los Janos, Peñaverde, el pico Loto (Hato), La Muga, etc. Además, estos farallones ofrecen al senderista una visión majestuosa de un pueblo en miniatura escondido en el profundo hondón.
El pueblo de Remolina se enorgullece de su rico acervo cultural. Igualmente, son muchos los pronunciamientos favorables de las personas que participan en todas las actividades organizadas por la Asociación Cultural que en el mes de agosto realiza la Semana cultural. Del mismo modo, orgullosos estamos de nuestra revista “Remolina Noticias”, donde todos esperamos el nuevo número con impaciencia. El pueblo revive anualmente su festividad el 22 de julio, fiesta de Santa María Magdalena. El juego de bolos con su típica “bola cacha” anima la mañana y abre la disputa de solteros contra casados. En esta fiesta se implica toda la mocedad, apartando los anhelos de diversión por el orgullo de su pueblo. El día 25 de julio festividad de Santiago Apóstol, el pueblo celebra desde hace más de medio siglo una caldereta pastoril, acudiendo la gente al prado a degustar de la chanfaina, cordero… todo regado con buen vino donde los osados cantarines deleitan a los presentes con canciones montañesas. ¡Y qué decir del museo de aperos de labranza y utensilios antiguos! Su visita es obligada. La juventud organiza una cabalgata de Reyes que es digna de ver. Los niños de los pueblos cercanos se reúnen para ver llegan en motocultor a los Reyes y entregarles sus cartas. Todos se llevan su regalo. Remolina no deja de ser un pueblo de sesenta y seis casas que ofrece a los visitantes un paisaje excepcional. Un pueblo de montaña donde las reuniones nocturnas (hilas) forman parte de su fastuosa historia humana. ¡Visítanos y descubre de lo que hablo!
Senderismo y montaña
Remolina es un buen lugar para la realización de senderismo y la práctica del montañismo. Se pueden realizar sencillas marchas, casi por llano, como a la fuente de la Juñera, al Ojo del Mar o al Chaguazo; rutas algo más largas y con mayor pendiente como hasta Parlle o a Bosoverón; se puede subir a alguna de las cumbres que rodean al pueblo, como al pico Jano -1821 m s. n. m.-, la Muga -1804 m s. n. m.-, Peña Blanca -1749 m s. n. m.-. Peña Verde -1778 m s. n. m.-, o el Pico Loto -1809 m s. n. m.- o rutas a través del monte hasta pueblos y lugares cercanos, como Horcadas, Tejerina, Prioro, Mental o La Red.
Además, por Remolina pasan dos grandes rutas españolas: El GR-1, un sendero de Gran Recorrido cuyo trazado arranca en las ruinas de Ampurias (Gerona) y atraviesa todo el norte de España hasta finalizar en Finisterre (La Coruña). Su trayecto en la provincia de León es el siguiente: Valverde de la Sierra, Besande, Puerto de Monteviejo, Prioro, Tejerina, Collada de Mostagerosa, Remolina, Los Robledales, Las Salas, Puerto de Pando, Salamón, Ciguera, Lois, Pico Lázaro, Acebedo, Maraña, Riosol, Puerto de Tarna. La Cañada Real Leonesa Oriental, vía pecuaria que comienza en las montañas de Riaño y acaba en Badajoz, ya casi en el límite con Huelva. Tiene su inicio con dos ramales, uno que comienza en La Uña y otro en Anciles. El ramal de Anciles es el que pasa por Remolina. Entra la cañada en el pueblo, coincidiendo más o menos con la actual carretera y sale hacia Cabreros, collada de Cabreros, los Castros de Mental, collada de las Cruces y las Lomas de Prioro, donde se une con el ramal que viene desde La Uña, por Riaño, Pedrosa y el Pando hacia Prioro.
Localización
Bares y restaurantes
- Casa La Escuela. Ana: 679 22 72 45.
Patrimonio, museos y lugares de interés
Remolina Noticias. Es una publicación periódica nacida en 1987 de la mano de varios hijos del pueblo que vieron la necesidad de comunicarse y agrupar a todas aquellas gentes que, por unos u otros motivos, encontraron su medio de vida lejos del pueblo. Después de un intervalo de silencio volvió a ver la luz en 2001. Colaboran en ella remolinenses de todos los puntos y también aquellos que no habiendo nacido en el pueblo lo consideran como su patria chica. En la actualidad su edición corre a cargo de la Asociación Amigos de Remolina, publicándose dos números al año y encontrando cabida en la revista todo tipo de temas.
Museo etnográfico: Museo sobre las tradiciones y costumbres de la Montaña de Riaño. Objetos y fotos donados por los vecinos albergados en el antiguo TORIL rehabilitado. Visitable con cita previa : 686 295002 (M. Jesús Fernández.
Iglesia Parroquial: De escaso valor artístico y poco concordante con el resto de arquitectura del pueblo. Contrasta con el pueblo su chocante fachada de ladrillo. Se realizó una nueva iglesia al no considerarse viable la restauración de la antigua. Fue inaugurada en 1966. Conserva tallas de San Jorge, San Antolín y la Magdalena.
El Ojo del Mar: Es un pozo del cual mana agua cristalina de las profundidades de las rocas. Se desconoce su profundidad.
La Cueva de los Moros: Pequeña cueva del tamaño de un salón en la cual, el desgaste del agua durante millones de años ha dado a todo el suelo forma de pilas y bañeras.
Cascada de LLanurdial: Bonita cascada de alrededor de 5 metros de altura recogida en un acogedor lugar. Cerca se encuentra el túnel, excavado en la roca caliza para transportar la madera del bosque hacia el pueblo, salvando la montaña.
Lápida de Tridio Alonge: fue encontrada en agosto de 1933, en la zona de San Roque, a la orilla del río. Se conserva y está expuesta en el Museo de León. Su inscripción es la siguiente: TRIDIO ALONGVN / BODE(ri) F(ilio) VA(diniensi) AN(norum) XXV / FRONTO DOIDERI / GVM AMICO SVO / POSIT. H(ic) S(itus) E(st) T(erra) L(evis) /. Su traducción sería: “ A Tridio de los Alonges, hijo de Bodo, vadiniense de 25 años. La puso su amigo Fronto de los Doideros. Aquí yace. Que la tierra te sea leve”.
Lápida de Vado Nebira: fue encontrada en una tierra, en la zona San Roque, hacia el año 1950. Esta lápida pasó varias décadas en Bilbao hasta que, finalmente, fue devuelta en 2010 a sus tierras de origen, estando expuesta en el Museo Etnográfico Comarcal de Riaño. El texto epigráfico es el siguiente: D(iis) M(anibus) / VADO NEBI / RA IDAGINO(m) / ANEMIDL F(ilius) VA(diniensi) / AN(norum) XXX LVCVA CA / DDECVM AM / ICO SVO POSIT / H(ic) S(itum) E(st) /. La traducción puede ser: A los Dioses Manes, Vado Nebira, de los Ideginos, hijo de Anemido, vadiniense de 30 años. La puso su amigo Lucua de los Caddecos. Aquí yace.
Redes sociales
- Asociación Cultural y Recreativa "Amigos de Remolina"
- Remolina: grupo público de Facebook
- Remolina Paraíso Natural
- Remolina en fotos
Tradiciones y leyendas
Se mencionan, entre otras, algunas tradiciones que se mantienen vivas, junto con otras recuperadas y otras olvidadas, para que haya al menos constancia de su existencia en otros tiempos.
El juego de los bolos leoneses: En Remolina se juega a los bolos leoneses con bola cacha –bola semiesférica de madera–. Durante los meses de julio y agosto, los fines de semana y casi todas las tardes hasta el anochecer hay partidas de bolos. La elegante bolera, de reciente construcción, se encuentra junto a la iglesia, en el solar de la antigua casa rectoral. Durante años la bolera estuvo en la plazoleta por debajo de la iglesia, al inicio del Pandiello.
La lucha leonesa: Los aluches han sido tradición en el pueblo de Remolina y el pueblo ha dado buenos luchadores, siendo los más reconocidos por sus triunfos Antonio Alvarado, Donato Alonso, Marino Villarroel y, en años más recientes, Javier Fernández y David Acevedo.
El pan de los pobres o pan de la caridad: Hogaza de pan que sobre un paño blanco se ofrecía y bendecía en la misa del domingo. Cada domingo le correspondía a una casa del pueblo la ofrenda del pan. A la salida de la misa se daba una pequeña rebanada de pan a cada asistente, a la vez que se besaba un portapaz. El resto se repartía entre los pobres o necesitados –si los había-, o se ofrecía la mejor postor.3 Desapareció esta tradición a mediados del siglo XX.
El palo del pobre: Consistía en una vara que entregaba el alcalde, por orden, al vecino correspondiente para que ofreciera cobijo a quien llegara al pueblo en busca de cobijo y techo para dormir.
El ramo: Ramo de flores, o más habitualmente ramas de árbol, que colocan los mozos en las ventanas de las mozas y/o novias en las vísperas de la Magdalena. Un ramo mucho más grande se le coloca a la patrona, como reina de las mozas del pueblo, en el campanario de la iglesia.
Las veceras: Eran el cuidado comunitario de los ganados del pueblo. En los años sesenta había veceras de vacas –los bueyes–, novillas, cabras y ovejas. Las veceras se cuidaban por turno, siguiendo un orden perfectamente establecido, y dependiendo los días de cuidado del número de animales que cada vecino tuviera en la vecera. Había un territorio propio a donde iba cada una de las veceras.
Las peleas de toros: Hace años, cada pueblo tenía su toro. Era frecuente, en primavera y verano, enfrentar al toro del pueblo con el toro de otros pueblos cercanos. Era una manera de organizar una fiesta y competir con otros pueblos, en lugar de hacerlo al fútbol o a los bolos. Otros ven en su origen asuntos más prácticos, como que al competir al inicio del tiempo de pastar en el campo, ya quedaba claro el toro dominante para toda la temporada, y eso evitaba peleas posteriores no controladas. Se acabaron estas peleas en los años 50 del siglo pasado. Cuentan que los topetazos de los cuernos y cabezas de los toros hacían restallar las montañas desde La Muga al pico Loto.
La leyenda del dragón: Se cuenta en el pueblo que había un dragón por la zona de Los Villares, que bajaba cada año y exigía al pueblo el tributo de una doncella. Tras años de sufrir la afrenta del dragón, por fin se encargó San Jorge de dar muerte con su lanza a la bestia, acabando así con esta pesadilla ominosa. Todavía pueden verse en las rocas de la zona los surcos que labró el monstruo en sus incursiones. Al pie del camino estaba, antes de la construcción de la carretera actual, la piedra -señalada con una cruz- donde San Jorge mató al dragón.
El Haya de la Humildad: Se encontraba en el hayedo de Remonda. Cuenta la leyenda que la Sagrada Familia en su huida a Egipto pasó por Remolina y que cuando iban por Remonda y los Vallines se desató una gran tormenta de pedrisco que los obligó a cobijarse bajo el haya. El haya al ser testigo de tamaño prodigio comenzó a inclinar sus ramas para cobijar a la celestial familia. Nadie se atrevió nunca a cortarle ni una rama en vida al haya, hasta que murió por los muchos años y un tremendo vendaval. Ahora se puede admirar su tronco en el Museo de Riaño en la forma de un impresionante Cristo crucificado realizado por el artista de Remolina Saturnino Alonso.